El amor de Dios

Mensaje de los Líderes del Área

El amor de Dios
Élder José A. Teixeira
Élder José A. Teixeira Presidente del Área Europa

Nuestro Padre Celestial nos ama y desea lo mejor para cada uno de nosotros. Su interés en Sus hijos es evidente, aunque muchas personas, quizás agobiadas por los problemas y las dificultades corrientes de esta vida, no logran ver esta manifestación constante de amor y preocupación de un Padre amoroso y bondadoso. Sólo hay que detenerse un poco a reflexionar y observar cuidadosamente a nuestro alrededor para percibir en seguida el amor que Dios tiene por Sus hijos. Pensemos por unos minutos en todas las circunstancias favorables en que nos hallamos actualmente. Estoy seguro de que al reflexionar en este asunto, crecerá nuestra gratitud por el amor que Dios tiene hacia cada uno de nosotros.

El primer asunto a considerar: Dios continúa revelando Su voluntad a Sus siervos los profetas. ¡Qué maravilloso sentimiento de seguridad y paz tenemos al saber que hoy en día Dios continúa revelando Su voluntad a Sus siervos, los profetas! Ésta es una de las bendiciones más grandes que Dios nos da: ¡el conocimiento de Su voluntad! La restauración del evangelio de Jesucristo y de Su Iglesia por medio del profeta José Smith en esta dispensación nos permite, a todos aquellos que así lo deseen, efectuar las ordenanzas y los convenios que harán posible que un día regresemos nuevamente a la presencia de nuestro Padre Celestial y vivamos con Él. A medida que atesoramos, mediante el estudio y la fe, las palabras de los profetas que están en las sagradas Escrituras, junto con las palabras de los profetas vivientes, seremos bendecidos con el deseo de seguir guardando y viviendo los mandamientos, por lo que tendremos paz y tranquilidad en nuestro corazón. Gracias a que sabemos que estamos en el camino correcto y que nuestras familias pueden estar juntas, tendremos más fortaleza para superar los desafíos de la mortalidad… éstas son bendiciones invaluables.

En la actualidad, el Señor guía a Su Iglesia por medio de un Profeta viviente y doce Apóstoles, al igual que en la antigüedad. Yo testifico que el presidente Thomas S. Monson es el profeta para nuestros días y expreso mi gratitud por saber que Dios continúa manifestándonos su amor al comunicar Su voluntad a un profeta mediante revelación. El amor de Dios se hará más evidente en nuestra vida si ponemos en práctica unos pasos sencillos que nos servirán de guía en la vida, tales como:

  • Leer las Escrituras diariamente
  • Utilizar la revista Liahona
  • Estudiar las enseñanzas de la Conferencia General

Estos hábitos nos permitirán estar más atentos a las enseñanzas que Dios tendrá para nosotros  cuando más las necesitemos.

El segundo asunto que debemos meditar: El templo es la Casa del Señor, donde podemos hallar paz y aprender el Evangelio. El Señor mandó al profeta José Smith al comienzo de esta dispensación, y a todos los profetas que vinieron después de él, a edificar templos para que las personas y las familias pudieran establecer una relación más estrecha e íntima con nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo, y de esta forma, conocer Su voluntad, recibir consejo inspirado y hacer convenios en la Casa del Señor.

Nuestro Padre Celestial no ha abandonado a Sus hijos y continúa revelando Su voluntad en nuestros días, brindándonos la seguridad y la confianza que necesitamos para continuar en la senda correcta. En Su templo, Él nos da la oportunidad de efectuar las ordenanzas y realizar los convenios que nos permiten vivir una vida limpia y pura, y prepararnos para regresar a Su presencia. Gracias al aumento del número de templos que se construyen en todo el mundo, los templos del Señor están más accesibles hoy que nunca antes. En los templos del Señor podemos acercarnos más a Dios y a Su Hijo Jesucristo.

Las Escrituras son hermosas al describir la actitud de las personas en los días del rey Benjamín. En el Libro de Mormón, en Mosíah 2:5–6, leemos: “Y aconteció que cuando llegaron al templo, plantaron sus tiendas en los alrededores, cada hombre según su familia, que se componía de su esposa, y sus hijos y sus hijas, y los hijos e hijas de éstos, desde el mayor hasta el menor, cada familia separada la una de la otra. Y plantaron sus tiendas alrededor del templo, cada hombre con la puerta de su tienda dando hacia el templo”. Mi desafío es, que nosotros tengamos una actitud similar a la del pueblo en los días del rey Benjamín y que planeemos ir al templo más a menudo. La actitud de mirar hacia el templo comienza con la preparación personal y familiar en nuestra vida diaria, al vivir los mandamientos de Dios cada día. Sin el templo, no podríamos sellar a nuestras familias por la eternidad. Dentro del templo aprendemos principios eternos. Lo que aprendemos en los templos nos ayuda en nuestro crecimiento personal y nos brinda la dirección y la guía que necesitamos en la vida.

Hay muchas más manifestaciones del amor de Dios a nuestro alrededor, pero hoy les dejo mi testimonio de éstas, que están muy a nuestro alcance: ¡los templos del Señor y las palabras de los profetas hoy en día! Testifico que Dios vive y nos ama; Él nos ha bendecido con estas bendiciones para que podamos sentir Su amor por nosotros. Hoy es el día de tomar las decisiones importantes que nos permitirán colocar nuestras tiendas, nuestra vida, mirando hacia Él.