Población: 47.007.367 hab. (censo 2018)
Miembros de la Iglesia: 58.061
Estacas: 15
Congregaciones: 142
Misiones: 2
Templos: 1
Centros de Historia Familiar: 58
Porcentaje de miembros de la Iglesia: 0,11%
La historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de España tiene varias fechas que marcan los pasos seguidos para su entrada y establecimiento en el país: La primera fue el 28 de junio de 1967, en la que se aprobó la primera Ley de libertad religiosa; esta fecha era necesaria, porque uno de los Artículos de Fe de la Iglesia dice, “Creemos… en obedecer, honrar y sostener la ley”; sin el amparo de esa Ley, por tanto, la Iglesia no habría entrado en España.
La segunda fecha fue el 22 de octubre de 1968, día del reconocimiento legal de la Asociación Confesional no Católica “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, de España”, sin el cual la Iglesia no podría haberse beneficiado de los derechos que la recién aprobada libertad religiosa proporcionaba a las confesiones que se inscribían en el Registro habilitado por el Ministerio de Justicia. La tercera fue el 20 de mayo de 1969, en la que un apóstol de la Iglesia, Marion G. Romney, viajó a Madrid, y en la Casa de Campo dedicó España a la predicación del evangelio; se abrieron, así, las puertas a la llegada en junio de ese mismo año de los primeros misioneros; con ellos empezó la obra misional, que desde junio de 1969 se efectuó bajo la dirección de la Misión Francesa, y desde julio de 1970, bajo la dirección de la entonces recién creada Misión de España.
Aunque si se hiciera la pregunta de cuándo llegaron misioneros de la Iglesia por primera vez a España, la respuesta podría ser otra pregunta: ¿Se podría considerar la Misión de Gibraltar parte de la historia de la predicación del Evangelio Restaurado en España? Como Gibraltar era ya británica en los años 1853 y 1854 en que los élderes Edward Stevenson y Nathan Porter estuvieron predicando en el Peñón, ¿no debería ser este capítulo parte de la historia británica, y no española? Stevenson responde a esta pregunta en una carta escrita al Presidente de la Iglesia y al Consejo de los Doce Apóstoles el miércoles 5 de julio de 1854 desde Inglaterra, una vez acabada su misión, en la que, después de hacer un resumen de su predicación en Gibraltar, dice que esa misión era “la única puerta abierta a España”, donde “las leyes y los sacerdotes son tan rigurosos” que no se podía predicar sin arriesgar la vida.
En esta carta parece dar a entender que Brigham Young envió misioneros a Gibraltar, no sólo para predicar en un lugar con tan poca población, que, además, era una sencilla guarnición militar, sino que uno de sus objetivos podría haber sido intentar predicar en España desde el Peñón. Si se aceptara este hecho como parte de esos intentos de predicar en España, tendríamos que apuntar también esta fecha, y decir que la primera vez que llegaron misioneros a España fue a principios de la segunda mitad del siglo XIX, casi un siglo antes de la llegada de los misioneros después de aprobarse la primera Ley de libertad religiosa de 1967.
Volviendo al siglo XX, si la llegada de la Iglesia a España como “Asociación Confesional no Católica” tuvo que ir de la mano de la aprobación de la libertad religiosa, la llegada de los primeros miembros de la Iglesia a España, que ocurrió antes de que se reconociera esa libertad de culto, dependió de otro tipo de aprobación: la firma de un acuerdo de cooperación defensiva entre España y Estados Unidos.
Y esto nos da una cuarta fecha, el 26 de septiembre de 1953, en la que dos generales, Franco y Eisenhower, firmaron el llamado Pacto de Madrid. Con este acuerdo, se empezaron a construir bases militares en Zaragoza, Madrid, Sevilla y Cádiz. Y dentro de esas bases, bajo la supervisión de la Capellanía Militar y la dirección de la Misión Francesa, a finales del decenio de 1950 se organizaron grupos y ramas de la Iglesia con los militares estadounidenses Santos de los Últimos Días que iban llegando.
Los primeros Santos que entraron en España fueron, pues, estos militares estadounidenses, cuya influencia fue creando el primer grupo de miembros de la Iglesia españoles, sin los cuales habría sido difícil que la Iglesia fuera reconocida legalmente. Porque un mes después de aprobada esta primera Ley de libertad religiosa, se publicó la ORDEN de 28 de julio de 1967, por la que se establecía un plazo para que las confesiones no católicas “que actualmente desarrollan sus actividades religiosas” solicitaran el reconocimiento legal. La única “actividad religiosa” de la Iglesia en ese momento era la que se llevaba a cabo dentro de las bases militares, y bajo la dirección de norteamericanos estadounidenses.
Y fue un estadounidense, por tanto, el que solicitó el reconocimiento legal, indicando como domicilio social de la Iglesia la base militar de Torrejón. Esa petición no tuvo respuesta del Ministerio de Justicia, hasta que la solicitud la efectuaron tres de esos españoles bautizados hasta ese momento, y cuando se puso la dirección particular de uno de los miembros de la Iglesia fuera de la Base militar. El principio de la Iglesia en España transcurrió, pues, dentro de la legalidad y de una manera silenciosa y “pacífica”, a pesar de que detrás estaban los militares estadounidenses.
Pero la predicación del evangelio en España, como en muchos otros países, estuvo precedida por la traducción del Libro “The Book of Mormón” al español. Y esto nos da un nombre, el de un extremeño llamado Melitón González Trejo (1844-1917), y unas fechas relacionadas con la traducción y la publicación del libro: Melitón, cuando oyó hablar de “un grupo de Santos que en las Montañas Rocosas seguían a un Profeta”, inmediatamente hizo todo lo posible para viajar a América. Después de muchas dificultades, el 4 de julio de 1874 llegó a San Francisco, y de allí viajo a Lago Salado.
Después de conocer a Brigham Young, se bautizó el 8 de octubre de ese mismo año. Inmediatamente se unió al grupo de personas a quienes Brigham Young había pedido que tradujeran “The Book of Mormon” al español, para usarlo como herramienta misional en Méjico. Su llegada fue providencial, porque a los miembros de este grupo les faltaba el conocimiento necesario de español para llevar a cabo esa tarea. Con la ayuda de Melitón, la traducción se terminó en 1875. Pero Brigham Young sólo autorizó en ese momento la publicación de una parte del libro, al que se dio el nombre de “Trozos Selectos del Libro de Mormón”. Y con esos “trozos” se empezó la predicación en Méjico.
Posteriormente, y como preparación del texto completo del libro para su publicación, se hizo una revisión de la traducción en 1884, y en 1886 se publicó la primera edición del “Libro de Mormón”, herramienta fundamental desde entonces en la predicación del Evangelio Restaurado de Jesucristo a millones de hispanohablantes en todo el mundo. Y esto gracias a Melitón González Trejo, “el primer traductor del Libro de Mormón al español”, y, quizá, el primer converso español de la Iglesia.
(Breve historia de la llegada de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a España. Por Faustino López Requena. Febrero 2014).