Cristóbal López Romero: Nuestro amigo y nuevo cardenal

Las Johnson con Cristóbal López Romero

Desde mayo de 2019, cumplimos una misión en España para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, asignados al Departamento de Bienestar y Servicios de Autosuficiencia (WSRS). Sin embargo, en 2018, mientras cumplíamos una misión para la Iglesia en Marruecos (Área Norte de África del Medio Oriente), con la tarea de realizar un trabajo humanitario, tuvimos la gran bendición de conocer a Monseñor Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat y un español de Barcelona. El encuentro fue organizado a través del hermano Jesús Sánchez de Cádiz, empleado de FamilySearch, el programa genealógico de la Iglesia.

 

El hermano Sánchez buscaba permiso de la Iglesia Católica para filmar sus registros genealógicos en Marruecos y nosotros estábamos buscando un socio respetado para un proyecto humanitario. El hermano Sánchez se enteró de que el arzobispado estaba operando, a través de una orden de monjas españolas, una clínica rural para víctimas de quemaduras y estaba interesado en reunirse con nosotros, así que fijamos una cita para vernos con él.

 

Monseñor López Romero nos saludó calurosamente y al instante nos hicimos amigos; también de su hermana Rosa y su cuñado Jesús, que residen en Barcelona. Finalmente, el Área Norte de África del Medio Oriente aprobó un proyecto para proporcionar algunos medicamentos a la clínica por un período de un año. Luego supimos que el monseñor había llevado al Papa Francisco a la clínica de quemados y le informó sobre la colaboración entre la Iglesia de Jesucristo y la Iglesia Católica.

 

Como entendimos bien la gran importancia de fomentar y mantener relaciones personales con personas de influencia, mantuvimos un contacto cercano con el monseñor López Romero durante el resto de nuestra misión en Marruecos; posteriormente, mantuvimos el contacto y le enviamos artículos y fotos sobre la dedicación del templo de Roma y la visita del presidente Nelson y los apóstoles. Al llegar a España, continuamos manteniéndonos en contacto, remitiéndole fotos y artículos de interés sobre la Iglesia y también sobre la Iglesia Católica.

 

En septiembre supimos que el monseñor había sido seleccionado por el Papa Francisco como uno de los trece nuevos cardenales. Inmediatamente contactamos con él y durante la conversación nos extendió una cálida invitación personal para asistir a la ceremonia (consistorio) en el Vaticano, incluida una misa especial el domingo y una recepción para sus amigos y familiares.   Le pedimos el permiso a nuestro presidente de misión, el presidente Bussey, quien obtuvo la autorización necesaria de la Presidencia de Área. Con el apoyo total del gerente de WSRS en España, Paco Serrano, hicimos nuestros arreglos de viaje.

 

Sabíamos que iríamos a la Ciudad del Vaticano no solo como queridos amigos del monseñor, sino también como representantes de la Iglesia; en consecuencia, nos pusimos en contacto con el gerente de WSRS en Italia, Ether Simoncini, quien pudo facilitarnos cuando llegamos a Roma una pequeña estatuilla del Christus para ofrecerla al nuevo cardenal en nombre de la Iglesia de Jesucristo.

 

El 4 de octubre pasamos el día en el Centro de Visitantes del Templo de Roma, disfrutando de un concierto nocturno especial dado por un grupo coral de Salt Lake City al final de su gira de conciertos por muchas ciudades de Eslovenia e Italia. Desafortunadamente para nosotros, el templo en sí estaba cerrado por mantenimiento.

 

El 5 de octubre nos reunimos con el Monseñor en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, donde nos dio nuestros boletos para el Consistorio y otros eventos, y donde pudimos conocer a algunos de sus familiares de Francia y Alemania, además de otros visitantes de Paraguay donde él había servido anteriormente.

 

Esperando en la fila para entrar a la Basílica de San Pedro para asistir al consistorio, vimos a muchos congoleños celebrando con entusiasmo, ya que su arzobispo también se encontraba entre los trece nuevos cardenales. Esta fue también una experiencia alegre para nosotros, ya que anteriormente habíamos servido una misión humanitaria para la Iglesia en la República Democrática del Congo y habíamos disfrutado de nuestra iniciación en la cultura congoleña.

 

Cuando finalmente llegamos a la basílica, optamos por sentarnos en la parte trasera aunque cerca del pasillo central para poder ver más fácilmente la procesión de los dignatarios dentro y fuera de la basílica. No nos decepcionó porque finalmente nuestro amigo, monseñor López Romero, y los otros doce nuevos cardenales entraron, seguidos por el papa Francisco. Fue muy emocionante cuando cada uno de los trece candidatos se acercó al altar, se arrodilló, recibió su llave, mitra y sombrero, para ser  recibidos en la fraternidad de cardenales. Por supuesto, la música y la riqueza de la basílica fueron maravillosas.

 

El domingo 5 de octubre, asistimos a la misa especial en la Basílica de San Pedro que principiaba el esfuerzo de la Iglesia Católica para proteger los recursos naturales de la cuenca del Amazonas y las personas que viven allí. Más tarde nos unimos a la gran multitud de personas en la Plaza de San Pedro para escuchar al Papa Francisco pronunciar su discurso dominical desde la ventana de su departamento privado. Finalmente, tuvimos la gran fortuna de unirnos al nuevo cardenal en una recepción privada concedida solo a su familia y amigos, que comenzó con una hermosa oración ofrecida por el mismo cardenal.

 

En resumen, fue una experiencia maravillosa, única en la vida, que atesoraremos para siempre. Esperamos volver a ver pronto al cardenal López Romero, ya que toma unas vacaciones anuales en Barcelona para ver a su familia. También esperamos saludarle al otro lado del velo, donde esperamos que su manifiesto amor por el Salvador y su dedicación al servicio de la humanidad, incluidos sus hermanos y hermanas musulmanes en Marruecos y la comunidad católica en todo el mundo, abran su corazón a la plenitud de la verdad y al plan de Dios para la salvación de todos sus hijos.