El 26 de julio de 2025, y a pesar de llevar solo dos meses en su nuevo llamamiento, la nueva presidencia de la Sociedad de Socorro de la Estaca de Valencia no quiso perder la oportunidad de reunir a todas las hermanas para compartir una mañana llena de juegos y espiritualidad. La actividad llevó por título: “Preparaos de una manera como nunca se haya conocido”, y se inspiró en Alma 49:8 y en la parábola de las diez vírgenes, que fue la temática central.
El evento combinó juegos, talleres y representaciones. Hubo una yincana cuyo objetivo era recordar que el aceite de las lámparas se acumula gota a gota mediante una vida de rectitud.
Uno de los talleres que más gustó fue el de “Bellezas de luz”, donde, a través de una demostración de limpieza facial, se trazó una hermosa analogía entre el cuidado físico y el espiritual. Así como limpiamos nuestro rostro con tónicos, aceites y cremas, también podemos purificar nuestro corazón mediante el Evangelio de Jesucristo. Bellas por dentro y bellas por fuera.
Se analizó y representó la parábola de las diez vírgenes. También se asignó a hermanas que asumieron el papel de una virgen y ofrecieron monólogos que invitaban a reflexionar sobre el estado de nuestras lámparas: ¿están llenas?, ¿estamos listas?, ¿qué estamos haciendo hoy para acumular ese aceite?
La presidenta, Fresia Lisboa, expresó: “Como miembros de la Sociedad de Socorro debemos prepararnos y disfrutar haciéndolo juntas. Y mientras el Señor de la viña diga que hay tiempo, debemos dar lo mejor de nosotras para llegar preparadas a ese momento como nunca lo hayamos estado […] No puedo compartir mi aceite, pero puedo decirte cómo conseguirlo. No puedo compartir mi aceite, pero puedo alumbrar tu camino hasta que puedas hacerlo tú. No puedo compartir mi aceite, pero puedo caminar contigo mientras lo consigues. No puedo compartir mi aceite, pero puedo contarte cómo lo hice yo. No puedo compartir mi aceite, pero podemos prepararnos juntas.”
Elena Vicente, consejera de la Sociedad de Socorro, añadió: “No podemos compartir nuestro aceite. Es un símbolo de nuestra preparación espiritual, de nuestra relación con Dios, de nuestras acciones. Eso no se puede compartir con otra persona”.
Indudablemente, las hermanas de la Estaca de Valencia disfrutaron de un tiempo estupendo, aprendiendo y fortaleciéndose mutuamente. Todas marcharon con un deseo renovado de llenar sus lámparas día a día, gota a gota.
