Los días 7 y 8 de noviembre, un grupo de voluntarios se unió con entusiasmo y espíritu solidario para participar en la Gran Recogida de Alimentos organizada por el Banco de Alimentos de Murcia, una iniciativa que cada año moviliza corazones y manos dispuestas a ayudar a quienes más lo necesitan.
Entre los participantes se encontraban miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, junto a vecinos y ciudadanos que decidieron dedicar parte de su fin de semana a servir.
Durante ambas jornadas, los voluntarios se distribuyeron en distintos supermercados de la ciudad, invitando a los clientes a donar artículos no perecederos de primera necesidad: aceite, leche, arroz, legumbres, conservas y otros alimentos básicos que marcarán una diferencia real en muchas mesas.
Más allá de las cajas llenas y los productos recolectados, el ambiente estuvo colmado de sonrisas, palabras de ánimo y un profundo sentido de comunidad. Cada donación representó un gesto de empatía; cada encuentro, una oportunidad de tender la mano.
Esta experiencia recordó a todos los participantes que la verdadera grandeza se encuentra en servir y compartir. Como comentó uno de los voluntarios: “Ver cómo la gente respondía con generosidad fue lo más emocionante del día”.
Acciones como esta demuestran que cuando las personas se unen con un propósito común, la esperanza se multiplica. Y en un tiempo en el que la solidaridad es más necesaria que nunca, esta Gran Recogida volvió a confirmar que Murcia tiene un corazón enorme.