Durante el evento, la hermana Canchingre compartió sus sentimientos sobre su misión y relató que inicialmente tuvo muchas dudas sobre ir, ya que se encontraba a mitad de su curso universitario. Oró al Padre Celestial y, a pesar de todo, decidió partir. Afirmó que ahora, conociendo lo que implica una misión, no dudaría en aceptarla nuevamente. Contó que, al recibir su llamamiento, sabía que sería difícil al principio, especialmente porque siempre había tenido dificultades para aprender inglés. No lo entendía y le costaba expresarse, aunque tenía una gran fe, sintió que necesitaba algo más. Su presidente de misión le dio una bendición y, tres meses después, se expresaba con soltura. Al abrir la boca, el Señor ponía las palabras adecuadas para llegar al corazón de las personas con quienes compartía el Evangelio.
Relató que un día en particular, cuando se sentía muy enferma y cansada, oró para tener fuerzas para hacer la obra del Señor. De repente, se encontró hablando con una familia entera, compartiendo el Evangelio y sintiéndose muy feliz. Ha visto cómo la mano del Señor está en todo lo que hacemos y cómo, con su ayuda, no hay nada imposible. Él puede dar la fuerza y energía necesarias cuando nos enfocamos en servir y lo ponemos a Él en primer lugar.
Alison aprendió que en todo lo que haga debe confiar en el Señor y en su plan, y también a ver a las personas como Él las ve, lo que la ayuda a ser mejor persona. Testificó que Dios es un Dios de milagros y que, a través de las personas a las que enseñaban, sucedían milagros. Él tiene un plan para cada uno de nosotros, afirmó.
Pudo ver que la oración tiene mucho poder e impacto, y que el Señor pone a las personas en el lugar y momento perfectos. Como misioneras, oraban mucho para encontrar a quienes estaban preparados para recibir el Evangelio, y testificó que una oración sincera y con fe tiene gran poder para encontrarlas. Finalmente, Alison expresó que la misión la ayudó a cambiar y que Cristo puede cambiar los deseos de las personas y permitirles ver las cosas desde una perspectiva diferente. Siente el infinito amor del Señor por ella.