Hay cursos de introducción y una guía de análisis disponibles en catorce idiomas europeos, que se administran por medio de la oficina de Servicios para la Familia del Área Europa.
“Ministrar en una crisis es un programa de apoyo psicosocial basado en el Evangelio”, explicó el élder Mark Rencher, que prestó servicio como voluntario a tiempo completo en las oficinas centrales de la Iglesia en Europa, ubicadas en Fráncfort del Meno, Alemania, y a quien se le asignó poner en marcha el programa con ayuda de profesionales locales de salud mental.
“Con frecuencia, cuando interactúas con alguien que está viviendo una crisis, no sabes qué decirle. Este programa te enseña lo que puedes decir y cómo relacionarte con las personas que están pasando por dificultades”, añadió su esposa, la hermana Lizbeth Rencher, doctora en Psicología.
La hermana Rencher señaló que estos recursos van dirigidos a los ministros seglares y no se ofrecen con el fin de reemplazar la ayuda profesional. “No estamos aquí para ofrecer psicoterapia ni intervenciones terapéuticas. Estamos aquí solamente para prestar apoyo emocional con el fin de evitar que se produzca un perjuicio mayor”, dijo la hermana Rencher.
Desde catastróficas inundaciones hasta los refugiados de Ucrania que buscan seguridad, Europa ha vivido varias situaciones de crisis en los últimos años. A medida que los voluntarios de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han tendido una mano de ayuda a las personas necesitadas, Ministrar en una crisis se ha convertido en un recurso muy apreciado. “Hemos recibido muchos comentarios de obispos y de presidentas de la Sociedad de Socorro que nos dicen que ojalá hubieran tenido este recurso antes”, recordaba el élder Rencher.
En septiembre de 2021, Teresa Raposo dirigió el proyecto piloto en Europa, trabajando con tres congregaciones de la Estaca Lisboa. Esta asesora de Servicios para la Familia cuenta con muchos años de experiencia trabajando con la Cruz Roja de Lisboa.
Después de recibir formación, los líderes locales han comunicado que el programa ha sido instrumental para ayudarlos a sentirse más seguros a la hora de tratar con miembros que sufren problemas emocionales. Más concretamente, se sintieron mejor preparados para escuchar, validar las emociones y ofrecer esperanza.
El año pasado se ofrecieron breves clases de sensibilización a los voluntarios que ayudaron en las inundaciones. A los ministros y las congregaciones se envía, previa solicitud, una guía de análisis de 44 páginas, disponible en albanés, alemán, croata, danés, español, finés, francés, inglés, italiano, neerlandés, noruego, portugués, rumano y sueco. Además, los asesores de Servicios para la Familia están preparados para impartir formación inicial localmente a los líderes, los miembros o los voluntarios.