Voces de los Santos

Un refugio espiritual lejos de casa

Como estudiante de arquitectura en intercambio en Zaragoza, tuve la oportunidad de viajar con otros jóvenes adultos al Templo de Madrid. En medio de la distancia y la nostalgia, encontré un refugio inesperado de paz y renovación. 

Hermana Sara Novoa Sara Novoa

Durante mi intercambio en la Universidad de Zaragoza, lejos de mi hogar y mi familia, descubrí un lugar que me devolvió la paz y la seguridad: el Templo de Madrid. En marzo pasado, la Estaca de Lleida organizó un viaje para los jóvenes adultos y estudiantes de Instituto, y fue una oportunidad que no dudé en aprovechar. 

La hermana Sara Novoa con sus compañeros de Instituto durante una parada del autobús en ruta hacia el Templo de Madrid Sara Novoa
La hermana Sara Novoa con sus compañeros de Instituto durante una parada del autobús en ruta hacia el Templo de Madrid

Al llegar, sentí el alivio de estar en un lugar consagrado, rodeada de manos amorosas y sonrisas cálidas. La generosidad y el servicio de quienes dedican su tiempo al templo llenaron mi corazón de gratitud. Su entrega convierte este espacio en un faro de esperanza para quienes lo buscan. 

La hermana Sara Novoa frente al Templo de Madrid durante la visita de los JA de la Estaca de Lleida al Templo. Sara Novoa

Sé que el Templo es la casa del Señor y que Él está presente en cada ordenanza, oración y súplica. Nuestro Padre Celestial nos ama, conoce nuestras aflicciones y desea ayudarnos. Testifico que asistir al Templo no solo nos acerca a Él, sino que también nos brinda consuelo y renueva nuestra esperanza.