Un continuo cambio de corazón

Mensaje de los líderes del Área

Élder Thomas Hänni
Élder Thomas Hänni, España Setenta de Área

Pensemos en las muchas y grandes verdades que el Padre Celestial ha dado a conocer a Sus hijos desde la restauración del Evangelio, especialmente las revelaciones recibidas durante los últimos años.

Me gustaría que reflexionáramos por un momento en todas las bendiciones relacionadas con estas revelaciones. Al pensar en ellas, ¿no sentimos gratitud y amor por toda la guía que recibimos de nuestros profetas en esta última dispensación?

¿Hemos sentido todos un cambio en nuestro corazón debido a estas revelaciones?

El Salvador ciertamente nos inspira a fortalecer nuestra fe en Él, a hacer convenios y a permanecer en el camino del discipulado.

Las revelaciones que recibimos son un recordatorio para todos nosotros de que hemos de levantarnos, servir y ministrar de una manera más elevada y santa. A medida que nos centremos en esas revelaciones, nos arrepintamos y nos convirtamos en verdaderos ministros e instrumentos en las manos del Señor, esto llegará a ser una prioridad. Como consecuencia, al seguir a nuestro profeta y poner en práctica estas verdades, convertimos nuestros hogares en santuarios de fe y centros de aprendizaje del Evangelio[1] donde el Señor se convierte en nuestro Maestro.

Estoy eternamente agradecido por aquellos que ministraron y compartieron el Evangelio restaurado de una manera natural a mi esposa cuando tenía catorce años de edad. Ella aceptó la invitación a seguir a Cristo y se bautizó en Málaga, España. Habiendo sido ministrada por sus amigos, quienes la ayudaron en su juventud a acercarse a Cristo, ella aprendió que ministrar a otros,lo cual es parte de nuestro propio proceso de arrepentimiento. Así es como volvemos nuestros corazones a Dios y a Sus hijos.

Algunos años después de su bautismo viajó sola al Templo de Suiza para ministrar a los que estaban al otro lado del velo. Nos conocimos en Zollikofen y allí también fue donde nos sellamos por esta vida y por la eternidad. Como familia nos sentimos privilegiados por tener la oportunidad de vivir en esta emocionante dispensación en la que, todos juntos en nuestra casa, nos esforzamos por “hacerlo mejor y ser mejores de lo que lo hemos sido antes”[2].

Todos nosotros, independientemente de nuestra situación individual, casados, solteros, divorciados, o viudos, o de la circunstancia desafiante en la que nos encontremos, podemos arrepentirnos y seguir a Cristo. El verdadero arrepentimiento se enfoca en Cristo y Su poder redentor. Es algo personal entre Él y nosotros.

Tal como el Señor habla a nuestro profeta, nos habla también a nosotros y nos sana individualmente. Él nos muestra el camino y aligera nuestras cargas si lo escuchamos, si nos volvemos a Él, si lo seguimos y elegimos arrepentirnos. Al hacer esto y abrazar la expiación de Cristo, comenzamos a volvernos al Señor con un corazón más quebrantado y un espíritu más contrito. Eso es la conversión. Un alma arrepentida es un alma convertida, y un alma convertida es un alma arrepentida[3].

El arrepentimiento es el régimen del Señor para el progreso espiritual. Y el gozo es el gozo de la redención en Él[4]. Él quiere que cambiemos, que nos despojemos del hombre natural[5] y seamos más como Él es[6].

La oración, el estudio de las Escrituras, la noche de hogar y los cursos de estudio de “Ven, sígueme” son pilares fundamentales para crear un ambiente que nos invite a arrepentirnos y a encontrar el gozo y la felicidad duraderos.

Estos esfuerzos abren la puerta de los cielos a la revelación personal que nos brinda el deseo de arrepentirnos a diario. No solo consiste en dejar de cometer un pecado grave sin más, sino que es el comienzo de un viaje personal hacia un cambio completo en nuestra forma de pensar. Poniendo al Salvador en el centro de nuestra vida, comenzamos un proceso de cambio completo de corazón.

Que el Señor nos bendiga y nos ayude, con el testimonio del Espíritu Santo, a encontrar nuestra confirmación personal de las verdades que Él ha revelado en estos últimos días, a arrepentirnos y a seguirle.

Notas:

[1–2] Russell M. Nelson, “Cómo ser Santos de los Últimos Días ejemplares”, Liahona, noviembre 2018.
[3–4] Russell M. Nelson, “El arrepentimiento y la conversión”, Liahona, mayo 2007
[5] Mosíah 3:19
[6] 3 Nefi 27:27