Serie sobre la inclusión
Imagina lo aburrida que sería nuestra vida si todos fuéramos iguales. Por suerte, cada hijo de Dios es diferente.
Podemos ser más bondadosos. Podemos ser más amorosos. Podemos sentirnos más sanados al vernos el uno al otro como nos ve Dios.
Independientemente de las etiquetas que nos pongan, Dios nos ve tal y como somos y nos ama a pesar de todo.
Dios lo hizo todo y a todos diferentes. Podemos ser diferentes, y aún así estar juntos. No tenemos que ser iguales para ser uno.
Jesús sirvió a todos por igual. Sus enseñanzas benefician por igual a hombres y mujeres mediante principios idénticos, sin distinción de género.
Dos ríos grandes y muy diferentes se unen para acabar convirtiéndose en el poderoso Amazonas, al igual que las enseñanzas de Cristo unen a los personas.
Todos somos únicos, somos miles de millones de personas diferentes. A Él, que nos ha creado y nos ha dado este mundo, claramente le encanta la variedad.