Seguir adelante con fe

Mensaje de los líderes del Área

Élder Daniel P. Hall, Inglaterra
Élder Daniel P. Hall, Inglaterra Setenta de Área

En estos tiempos tan difíciles, si queremos soportar las pruebas, las tentaciones y los desafíos que se nos presenten para poder regresar finalmente a nuestro Padre Celestial, es vital que sigamos adelante con fe[i].

El Salvador es el ejemplo perfecto de cómo seguir adelante con fe. Mientras la enorme carga de la Expiación caía sobre Él, clamó a Su Padre diciendo: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. En respuesta, el Padre Celestial le envió “un ángel del cielo para fortalecerle”[ii]

En ese punto, cuando todo el peso del sufrimiento causó que el Hijo de Dios sufriera una agonía de cuerpo y espíritu y temblara debido al dolor[iii], Jesús no se apartó de la tarea ni decidió posponer, minimizar o incluso cancelar permanentemente el esfuerzo requerido. No, hizo exactamente lo contrario: “oraba más intensamente; y sudaba como grandes gotas de sangre que caían a tierra”[iv].

Tener a menudo este tipo de fe, como la de Cristo, requiere una intensa súplica para fortalecernos durante nuestra prueba[v]. Como parte de este proceso, aprendemos a conciliar nuestra voluntad con la de Dios[vi], aceptar a Cristo como nuestra ayuda en el camino y confiar en Él para que, en Su debido tiempo, todo salga bien.

Marie era una hermana que criaba sola a sus cinco hijos y luchaba por mantener económicamente a su familia. Hace años, ella acudió a mí cuando era su obispo, en busca de consejo sobre cómo podía ser de mayor ayuda a los demás. Le pedí que aumentara sus ofrendas de ayuno. Lo hizo sin una sola queja, y mes tras mes me informaba acerca de cómo el Señor estaba bendiciendo económicamente a su familia y bendiciéndola a ella al poder servir a los demás. Esto continuó durante décadas hasta que su salud la dejó incapacitada. Incluso entonces, Marie estaba constantemente hablando con gente por teléfono para ver cómo estaban, alentándolos y compartiendo su testimonio. Ella siempre creyó que las cosas saldrían bien, y así fue. Nunca dejó de pagar el diezmo. Leía sus Escrituras fielmente y le encantaba servir como líder de servicio caritativo de la Sociedad de Socorro. La suya fue una vida llena de fidelidad[vii]. Marie recientemente cruzó al otro lado, pero su fe sigue viva en su familia y en aquellos que la conocieron. Mi deseo de seguir adelante con fe aumenta gracias a ella.

Nuestro amado Profeta, el presidente Russell M. Nelson, ha enseñado de la mejor manera cómo seguir adelante con fe en Cristo: “Al hablar de nuestros templos, tanto de los antiguos como de los nuevos, expresemos, todos nosotros, con nuestras acciones, que somos discípulos verdaderos del Señor Jesucristo. Ruego que renovemos nuestra vida por medio de nuestra fe y confianza en Él; que alcancemos el poder de Su Expiación arrepintiéndonos cada día; y que dediquemos y redediquemos nuestra vida al servicio de Dios y de Sus hijos, a ambos lados del velo”[viii].

Testifico que seguir adelante con fe es el proceso mismo de llegar a ser como el Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo. Al hacerlo, sé que el amor infinito de Cristo, expresado en Su expiación, nos dará paz, esperanza y la seguridad de que todo saldrá bien.

 


[i] Seguir adelante con fe implica perseverar hasta el fin. ¿Y cómo se hace? Siguiendo el ejemplo del Hijo del Dios viviente - 2 Nefi 31:16

[ii] Lucas 22:42–43.

[iii] D. y C. 19:18

[iv] TJS Lucas 22:44

[v] Mosíah 24 enseña cómo Alma y su pueblo clamaron con fervor a Dios para poder ser librados de las manos del malvado sacerdote Amulón y sus hermanos. El Señor respondió a sus oraciones al fortalecerlos para que sus cargas se hicieran ligeras. Finalmente, fueron liberados milagrosamente de la esclavitud.

[vi] En Mosíah 15:7 vemos cómo Cristo concilió Su voluntad con la del Padre y, en 2 Nefi 10:24, cómo deberíamos hacer lo mismo.

[vii] En 1 Nefi 7:12 aprendemos cómo ejercer mejor la fe en Dios: siéndole fieles. Esto significa hacer las cosas que Él requiere de nosotros con un corazón y una mente bien dispuestos.

[viii] Presidente Russell M. Nelson, Conferencia General de abril de 2019, “Palabras de clausura”.