¿Alguna vez has oído a alguien decir “¡Qué gran reunión sacramental!” y te has preguntado si estaban en la misma reunión sacramental que tú? El propósito de la reunión sacramental es bendecir nuestra vida, pero para obtener el máximo provecho de ella, tenemos que poner algo de nuestra parte. A continuación se indican algunas sugerencias sobre…
La Santa Cena:
- Como parte de tu estudio diario, lee lo que las Escrituras dicen acerca de la Santa Cena en la Guía para el Estudio de las Escrituras.
- Prepárate para la reunión con anticipación. Llega pronto, escucha el preludio y procura recibir revelación.
- Durante el himno sacramental, concéntrate en pensar en la letra del himno.
- Repasa mentalmente por qué estás tomando la Santa Cena.
- Céntrate en las oraciones según se pronuncian. Considera que estás haciendo un convenio.
Los discursos:
- Decide que vas a aprender al menos una cosa nueva de lo que diga cada uno de los discursantes. Escucha con atención.
- Si un discursante parece estar nervioso, sonríele y mantén contacto visual con él. Evita hablar al oído a otras personas. Seguro que tú desearías recibir el mismo tipo de amabilidad y respeto si estuvieras en el púlpito. Y tu consideración ayudará a invitar a que el Espíritu te enseñe.
- Imagina que tuvieras que escribir un informe sobre el discurso. ¿Qué puntos buenos ha mencionado el discursante?
- Anota preguntas sobre el tema del discurso para poder profundizar sobre ellas más adelante.
- Lleva a la reunión a un amigo no miembro o menos activo. Te descubrirás prestando más atención y aprendiendo más por si acaso tu amigo tiene preguntas o quiere hablar sobre lo que ha escuchado.
- Recuerda que si tu actitud con respecto a los discursos es la de querer aprender, el Espíritu puede enseñarte las cosas que necesitas aprender, aunque el discursante no las trate directamente.