El 17 de mayo, mi esposa y yo, acompañados por los misioneros del Barrio Zaragoza y las hermanas de la Rama Delicias, viajamos a San Mateo de Gállego, con la misión de brindar servicio a una pareja mayor no miembro de nuestra iglesia. Él, médico y antiguo catedrático en la Universidad de Zaragoza, junto con su esposa, dedicada al hogar, enfrentaban a desafíos tras la pérdida de su ayudante doméstica y el traslado de su jardinero a otra provincia.

Desde temprano en la mañana, los élderes y yo nos dedicamos a limpiar y embellecer los jardines externos de la propiedad. Las recientes lluvias y los fuertes vientos habían dejado el terreno en condiciones difíciles: ramas caídas, maleza invadiendo las áreas peatonales y caminos cubiertos de tierra. Herramientas en mano despejamos los espacios y devolvimos la armonía al entorno.

Mientras tanto, las misioneras y mi esposa se encargaron de limpiar el garaje, que había sufrido una inundación. Con esfuerzo y dedicación, lograron retirar el agua acumulada y limpiaron la zona de hojas, tierra y otros residuos.
La disposición y el gran esfuerzo físico los élderes Almendraz, Vance, Callister y Roberts, así como las hermanas Garner y Benson al ofrecer su servicio a la comunidad ha mostrado el espíritu de solidaridad y amor, dejando una huella imborrable en el corazón de estos hermanos. Este acto, es un reflejo del amor puro de Cristo y que cuando estamos al servicio de nuestros semejantes estamos a su servicio. El matrimonio agradeció profundamente nuestro trabajo.
