En septiembre de 2025, la presidencia de la Primaria de la Estaca de Madrid Centro llevó a cabo una actividad que se convirtió en una expresión tangible de amor cristiano y servicio comunitario. Niños, líderes y familias se reunieron con un propósito especial: colaborar con la Fundación Madrina mediante la entrega de cien manguitos sensoriales, confeccionados con dedicación y ternura.
Estos manguitos, diseñados para ayudar a niños con neurodivergencia a mejorar su capacidad de atención y relajación, representan mucho más que un recurso terapéutico. Son símbolo de empatía, inclusión y compromiso con quienes enfrentan desafíos únicos en su desarrollo.
El programa transcurrió en un ambiente de reverencia y alegría. La hermana Mari Carmen Pompa, representante de la Fundación Madrina, expresó su gratitud por la iniciativa y explicó el impacto de los manguitos en el trabajo que realiza la entidad.
La hermana Silvia Ganaza, ofreció una breve enseñanza sobre la actitud de servicio, resaltando el valor de dar con gozo y propósito. Posteriormente, los niños participaron en una actividad dinámica, en la que reflexionaron sobre la importancia de la empatía y el respeto a la diversidad.
La jornada concluyó con la entonación de un himno y una oración final, seguida de un delicioso refrigerio que brindó a los asistentes la oportunidad de estrechar lazos y celebrar el espíritu de unidad.
Este encuentro, que fortaleció el testimonio de los niños, dejó una huella de esperanza en quienes recibirán los manguitos. En palabras del Salvador: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.