Compartir el Libro de Mormón requiere valor, amor sincero y fe, pero no requiere un ejemplar del libro. Ahora puedes compartir la apliación del Libro de Mormón con tu familia y amigos fácilmente.
A veces podemos olvidar lo sencillo que es compartir el Evangelio. Puede ser tan sencillo como compartir lo que sentimos o compartir una experiencia que hayamos tenido.
Si las buscamos, a nuestro alrededor hay oportunidades de ofrecer sencillas invitaciones que pueden conducir a bendiciones milagrosas para las personas que conocemos y con quienes nos encontramos.
Cuando realizamos actos de bondad, podemos ayudar a quienes nos rodean a experimentar un cambio de corazón.
La bondad puede curar las heridas que pueden ser causadas por malentendidos o incluso por actos ofensivos.
Cuando nos tomamos el tiempo de pensar en los demás, nuestros pequeños actos de bondad pueden cambiar el mundo.
A veces parece que los niños saben más. Pueden ser un ejemplo de cómo todos deberíamos ser bondadosos con los demás.
Un camionero bosnio compara los mapas y la guía GPS que necesita como conductor con la guía que necesitamos del Padre Celestial para transitar por los caminos de la vida.
Un padre se da cuenta de la importancia de pasar tiempo con su hijo cuando el niño le ofrece comprar un poco de su tiempo.
El Evangelio brindó a Mónica paz en los momentos difíciles y continúa ayudándola a ser feliz.
Las Navidades nunca fueron igual para el joven Peter Johnson tras el divorcio de sus padres. Sintió un profundo vacío en su alma que añoraba llenar.
Puede resultar fácil no valorar la majestuosidad de la Creación y olvidar su origen divino.