Voces de los santos

Del temor a la certeza: Mi experiencia en la misión

Cuando me bauticé en el 2023, jamás imaginé que serviría en una misión. La incertidumbre me inquietaba y no veía cómo encajaba en mi vida. Pero el 21 de marzo de 2024, el Espíritu Santo me habló con claridad: 'Ve a la misión'. Me costó aceptarlo, lloré, pero finalmente entendí que era mi llamado. Hoy, sé que esta decisión ha transformado mi vida para siempre.

La hermana Boretska, con sus compañeras de misión. Anastasiia Boretska

Mi bautismo el 22 de abril de 2023 marcó el inicio de un camino que nunca imaginé recorrer. Al principio, la idea de servir en una misión me parecía ajena; no creía que fuera para mí, y temía enfrentar nuevamente la incertidumbre al regresar. Sin embargo, el 21 de marzo de 2024, el Espíritu Santo me habló con claridad: 'Ve a la misión'. Aceptar ese llamado no fue fácil. Durante días lloré y luché con mis propias dudas, pero en lo profundo de mi corazón sabía que esta era la voluntad de Dios.

Desde entonces, mi propósito se ha fortalecido. Quiero compartir con los demás la verdad de Jesucristo, quiero que experimenten las bendiciones y milagros que veo en mi vida. Mi mayor deseo es ayudar a las personas a encontrar significado y propósito, guiándolas hacia Él.

La hermana Boretska, en el año 2021 en Ucrania, donde se graduó como estilista profesional. Anastasiia Boretska
La hermana Boretska, en el año 2021 en Ucrania, donde se graduó como estilista profesional.

Sabía que la misión no sería fácil, pero también que aprendería a adaptarme. Durante seis meses en mi primera área, desarrollé lazos profundos con mis compañeros y los miembros de la Iglesia. Decirles adiós fue difícil, pero aprendí a confiar en Dios y Su plan para mí. Cada paso que doy me recuerda que Él dirige mi camino.

Uno de los principios más valiosos que he aprendido es la importancia de la disciplina. Cada día sigo la regla O.L.A.: Orar, Leer y Asistir a la Iglesia. Estos hábitos fortalecen mi fe y me ayudan a progresar espiritualmente. Sé que después de la misión, mi vida será diferente y no tendré tanto tiempo para dedicar al estudio personal, pero estoy preparada para afrontar los desafíos con confianza. Tal como dice 2 Corintios 4:5-6:  'Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros como siervos de Jesucristo por amor de él. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.'

La hermana Boretska, durante una reunión misional. Anastasiia Boretska
La hermana Boretska, durante una reunión misional.

Mi testimonio se ha fortalecido inmensamente desde que comencé la misión. Sé sin duda que el Señor vive, y que todo lo que enseñamos en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es exactamente lo que Él nos reveló en su ministerio terrenal.

A lo largo de este proceso, he aprendido a ser paciente, a escuchar más y hablar menos. Mi fe y confianza en el Padre Celestial han crecido, y sé que Él tiene un plan para cada uno de Sus hijos.

Cuando concluya mi misión, tendré 26 años. Por un tiempo, no estudiaré, pero continuaré trabajando en mi negocio, mi salón de belleza, con una visión renovada y más fe en el futuro. Sé que, con Cristo, todo es posible.

La misión me ha enseñado valiosas lecciones: empatía, trabajo en equipo, respeto y responsabilidad. Estar lejos de casa me ha permitido valorar profundamente a mi familia y amigos. Estas habilidades me serán esenciales en cualquier carrera o relación en el futuro.

No hay nada más hermoso que dedicar tiempo a servir al Padre Celestial y desarrollar virtudes que nos acercan a Él. La experiencia misional es invaluable y transforma vidas de manera profunda.

A los jóvenes de España les digo: No tengan miedo de seguir sus sueños y explorar nuevas oportunidades. Enfrentad vuestros temores, porque donde hay miedo, no hay crecimiento. Las oportunidades están ahí para mejorar cada día, para servir, aprender y ser verdaderos discípulos de Cristo. ¡La vida es un viaje maravilloso, lleno de enseñanzas y bendiciones!