El pasado 5 de junio, al llegar al barrio el Puche, nos encontramos con un lugar donde las carencias eran evidentes. Junto con la asociación Almería Acoge, llevamos a cabo la reforma de un cuarto de baño e instalamos una lavadora-secadora. Para muchos de los asistentes, que duermen en la calle o en soportales, tener acceso a este recurso es fundamental. Mientras se duchan, su ropa puede ser lavada y secada, mejorando sus condiciones de vida.
Las necesidades son muchas, y sin una cocina, la mayoría de las comidas deben ser en frío. Sin embargo, las ofrendas de los santos continúan brindando alimentos y apoyo a estas personas.
Además, la realización de talleres de albañilería, electricidad, pintura y soldadura permite a los participantes obtener un título que les facilita sus trámites legales. Bajo la cobertura de Almería Acoge, tienen más oportunidades para normalizar su situación y avanzar hacia un futuro mejor.
Ibrahim, Baba y Mabu sueñan con trabajar en la construcción y alquilar una habitación en el Puche, donde puedan cocinar sus propios alimentos y cumplir el sueño por el que arriesgaron tanto. Me muestran la habitación que van a reformar como parte del curso, utilizando herramientas y materiales que hemos donado.
La Iglesia de Jesucristo, a través de las ofrendas de los santos, impulsa proyectos de servicio en lugares con grandes dificultades, como el Puche. Un aula de informática, una cocina, algo que antes parecía impensable, ahora puede hacerse realidad.
Antonio Jesús Sánchez, el educador social que acompaña este proceso, reflexiona sobre futuros proyectos. Con profundo compromiso, estudia cada propuesta para evaluar su utilidad, consciente del origen de cada euro donado y del impacto que puede generar.
Al regresar a casa, recordé la escritura: 'Quien ascendió a lo alto, como también descendió debajo de todo, por lo que comprendió todas las cosas, a fin de que estuviese en todas las cosas y a través de todas las cosas, la luz de la verdad.' (Cfr.D y C 88:4)