Con el poder de Dios en gran gloria
Nos necesitamos unos a otros. El sentido de pertenencia no llega mientras lo estamos esperando, sino cuando tendemos una mano para ayudarnos unos a otros.
El Salvador cumple Su promesa de estar con Sus discípulos, pero debemos acudir continuamente a Él para que nos ayude a reconocer Su presencia y a disfrutar de ella.
El Señor nos requiere perdonar por nuestro propio bien, pero Él no nos pide que lo hagamos sin Su ayuda. A todos los que están quebrantados, cautivos y heridos, Él ofrece sanación y liberación.
Tener fe te ayudará a compartir libremente lo que guardas en el corazón.
Al igual que los pilotos de avión conocen el marco en el que deben actuar, nosotros debemos entender el marco en el que Dios brinda revelación personal.
Es posible que a veces no te sientas fuerte. Sé paciente contigo mismo. Dios nunca abandonará a Su pueblo. ¿Cómo puedes profundizar y fortalecer tu compromiso con Él?
Mitigar el sufrimiento en este mundo es parte de la obra de Dios para Sus hijos. La Iglesia y sus miembros prestan servicio humanitario y de otros tipos y apoyan las actividades benéficas.
Un verdadero cristiano no solo sigue a Jesús en aquello con lo que está de acuerdo, sino a todas partes y, si es necesario, a lugares que rebosan de lágrimas, donde quizás a veces estemos solos.
Si Jesús estuviera aquí en este momento, ¿qué te diría? Reflexionar sobre los valores, los principios y la doctrina te ayudará a centrarte en Él y a tomar decisiones sabias para tu vida.
Cuando prometemos a Jesús que lo seguiremos y cumplimos esa promesa, Él nos fortalece en nuestras pruebas, tentaciones y pesares.
Cuando cumplimos las promesas que hacemos con Dios, recibimos fortaleza en nuestras inevitables pruebas y nos preparamos para una gloriosa vida venidera.
Las relaciones familiares nos permiten desarrollar el carácter y el amor unos por otros. Dios desea que todos nos esforcemos por alcanzar las más altas bendiciones al guardar Sus mandamientos.