¿Qué es un profeta?
Los profetas son mensajeros de Dios para Sus hijos. Hablan en el nombre de Dios y dan a conocer Su voluntad. La Biblia describe muchos ejemplos de profetas, como Noé, José de Egipto y Moisés, a quienes Dios envió a Sus hijos hace mucho tiempo. En la antigüedad, los profetas llamaron a las personas al arrepentimiento y les animaron a vivir los mandamientos de Dios. Las enseñanzas de los profetas no siempre resultaron populares y muchos profetas fueron perseguidos.
Cuando nació Jesucristo, la gente malvada había asesinado a muchos profetas. Como estos verdaderos mensajeros de Dios habían sido asesinados, muchos líderes religiosos enseñaron doctrinas falsas y pervirtieron los mandamientos de Dios. Cuando Jesucristo comenzó Su ministerio, enseñó de nuevo la doctrina pura y estableció la Iglesia verdadera de Su Padre en la tierra. Organizó a los Doce Apóstoles y los envió a enseñar Su evangelio.
Dado que Cristo y Sus apóstoles fueron asesinados, la gente malvada pervirtió las enseñanzas de Cristo para ajustarlas a sus propios deseos (véase Mateo 24:24). Con el tiempo, la verdadera Iglesia de Cristo se quitó de la tierra y el mundo cayó en un periodo de oscuridad espiritual llamado la Gran Apostasía.
¿Existen profetas hoy?
Durante la Gran Apostasía, Dios no envió a profetas a la tierra. Sin embargo, en 1820, después de siglos de oscuridad, Dios habló de nuevo y reveló Su voluntad a un joven llamado José Smith. José era un joven humilde de catorce años de edad que oró para saber a cuál de las iglesias en la tierra debería unirse. En respuesta a la oración de José, Dios el Padre y Jesucristo se le aparecieron y le dijeron que no se uniera a ninguna de las iglesias que había entonces sobre la tierra, porque ninguna de ellas era Su verdadera Iglesia (véase José Smith—Historia 1:1–20).
José Smith siguió el consejo que recibió de Dios y más tarde se convirtió en el profeta por medio del cual Dios restauraría Su verdadera Iglesia sobre la tierra: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Como muchos profetas de antaño, José fue perseguido y asesinado. Los miembros de la Iglesia no adoran a José Smith, pero le honran por su sacrificio y por su obra y misión profética.
Por medio de José Smith, los hijos de Dios han sido bendecidos de incontables maneras. Dios restauró el poder sellador que permite a las familias estar juntas eternamente, restauró también el sacerdocio, restauró la organización correcta de la Iglesia de Jesucristo y muchas verdades puras y sencillas del Evangelio que se habían perdido en siglos de apostasía.
¿Quién es el profeta de Dios en la tierra?
Desde José Smith, una línea sin interrupción de profetas ha guiado a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Como los profetas de antaño, los profetas modernos animan a la gente a seguir a Dios y obedecer Sus mandamientos. Animan a las personas a tener fe en Jesucristo, a tener vidas limpias y servir a otros.
El Profeta hoy en día sirve como presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Sirve al lado de otros catorce hombres, conocidos como la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles. Los miembros de la Iglesia sostienen a estos hombres como profetas, videntes y reveladores. El Profeta y los demás miembros de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles hablan tanto a los miembros de la Iglesia como a los que no lo son por todo el mundo. Dos veces al año lo hacen durante una reunión denominada conferencia general.
¿Cómo puedo aprender más sobre los profetas?
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