El día de reposo en el hogar

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Élder Detlef H. Adler Alemania Setenta de Área

“Y acabó Dios en el día séptimo la obra que había hecho, y reposó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó…” (Génesis 2:2, 3).

En el principio de esta tierra, ya aprendimos que El Señor había definido un día santo y de reposo.

Más tarde el Señor sintió que hacía falta una definición más clara y dio este mandamiento:

“Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó” (Éxodo 20:9-11).

Se necesitó otra aclaración, por lo que “… habló además Jehová a Moisés, diciendo: Y tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: De cierto vosotros guardaréis mis días de reposo, porque es señal entre yo y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico” (Éxodo 31:12, 13).

Los israelitas recibieron y crearon reglas muy detalladas sobre el día de reposo, algo que el Señor corrigió durante su ministerio terrenal.

El Salvador criticó a los líderes en su día, declarando: “… El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.  Así que el Hijo del Hombre es señor aun del día de reposo”. (Marcos 2:27, 28)

En 1831 se recibieron más aclaraciones por medio de una revelación, que declaraba:

“Y para que más íntegramente te conserves sin mancha del mundo, irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día santo; porque, en verdad, este es un día que se te ha señalado para descansar de tus obras y rendir tus devociones al Altísimo…“ (D. y C. 59:9-10).

El presidente Nelson ha dicho: “Dios nos dio este día especial no para divertirnos ni para realizar trabajos cotidianos, sino para descansar de nuestras obligaciones con desahogo físico y espiritual” (“El día de reposo es una delicia”, Liahona, mayo de 2015).

¡Estos son los principios que hemos recibido, que han sido aclarados y explicados por muchos profetas modernos, una y otra vez!

Los valores del mundo en el que vivimos cambian todos los días.

Hoy muchos países del mundo hacen del día de reposo un día de compras maravilloso y relajante, ¡un día de placer!

Los Santos de los Últimos Días vivimos en este mundo, y el Señor nos conoce. Tenemos el privilegio de que nos enseñen profetas, videntes y reveladores, que nos proporcionan las herramientas que necesitamos para ser capaces de decidir.

¡Ya no se nos da un Libro de Mandamientos, pero recibimos instrucciones en cuanto a cómo aprender a hacer lo correcto!

¡Tenemos que asumir la responsabilidad y aprender a decidir!

“Haz el bien; cuando tomes decisiones, el Espíritu te guiará.
Y Su luz, si hacer el bien escoges, en tu vida siempre brillará.
Haz el bien, haz el bien, y la prudencia te guiará.
Con Su luz haz el bien, y siempre Dios te bendecirá”. (Himnos, nro. 155)

¡En ésta maravillosa canción aprendemos sobre el “Cómo” aplicar el evangelio en nuestras vidas!

¡Tenemos que empezar a preguntarnos qué señal enviamos al Señor y luego estudiar, meditar y pedir con fe y con un corazón abierto, para ser capaces de entender los susurros del Espíritu Santo!

Os doy mi testimonio de que recibiréis una respuesta y más importante, hallaréis paz dejando el mundo atrás en este “séptimo día”, el día del Señor, ¡y será una delicia!